Verano de 1990, 12:30h. Vallés Occidental (Barcelona)
A pesar de los años que han pasado a Roberto, todavía se le hace un nudo en la garganta al rememorar aquel caluroso día de verano. Siempre digo que al testigo, le es muy complicado narrar un acontecimiento inexplicable, un suceso imposible, por ello muchos casos duermen el sueño de los justos, no son relatados por el miedo a ser calificados de múltiples maneras, incluso descalificados, sufrir mofa o descrédito al contar aquello que han visto, han presenciado incluso rodeado de más personas.
Quizás por todo ello, este caso tardó bastante en poder ser divulgado. Conocíamos el suceso desde hacía varios años, sabíamos de la seriedad de la persona que nos iba a relatar lo acontecido, sinceramente quiero decir que yo también estaba deseoso de poder oír las impresiones, las sensaciones y los detalles de aquel día tan especial en la vida de nuestro testigo.
Por aquel entonces Roberto tenía 14 años.
Se encontraba nuestro interlocutor junto a su familia, sus padres, su hermano y el. De repente ante sí, se presentó un objeto encima de la casa, un artefacto plateado de forma rectangular. Su tamaño similar al de una furgoneta Mercedes Vito, se mostraba ante ellos completamente inmóvil, no emitía ningún tipo de sonido y en ese momento también les sorprendió la ausencia de cualquier ruido de pájaros, animales etc.
Los dos perros que se encontraban con ellos empezaron a ladrar y salieron corriendo hacia el interior de la casa, se paró el viento y podríamos decir que se detuvo el tiempo.
El objeto era completamente plano, no te reflejabas en él, nos seguía relatando nuestro testigo. El artefacto se encontraba tan cerca que con una piedra podrías alcanzarlo, tentado estuvo de hacerlo.
Un dato importante fue el testimonio de la vecina que vive a unos cien metros, años más tarde les relataba a la familia, la visión de este objeto encima de la casa de manera habitual. Ellos solo lo habían presenciado esa vez, pero la vecina si lo pudo contemplar en reiteradas ocasiones.
El objeto se mantuvo en todo momento estático encima de la casa, a unos 25 metros y el tiempo que allí permaneció fueron unos quince minutos. Después de ese tiempo desapareció a una velocidad vertiginosa.
A los pocos meses del suceso, Roberto quiso también narrar algo que le resultó muy extraño y sin explicación. Nuestro testigo se dirigía una noche en dirección a casa y desde lejos pudo contemplar una luz muy tenue rosada y encendida en el interior. De hecho pensó que se trataba de ladrones que habían entrado y esa luz que divisaba era la de una linterna. Cuando llegó a la casa no vio nada encendido, recorrió todas las estancias sin encontrar ningún resto de aquella tenue y rosada luz.
A ciencia cierta nuestro testigo no sabe si aquella luminaria encendida dentro de la casa y que desaparece cuando llega a la misma, tiene relación con la visión de aquel objeto que se posó encima de su casa. A plena luz del día toda la familia pudo contemplarlo y asombrarse ante aquello que no tenía explicación lógica, puesto que no se asemejaba a ninguna tecnología conocida.
Años más tarde la madre de Roberto le reconoció que en más de una ocasión había contemplado aquel objeto y que no quiso decirles nada para no asustar a él y a su hermano.
Sin duda nos encontramos ante un caso espectacular que pudimos obtener y grabar para el programa Tertulias De Lo Desconocido. La emoción en la voz al narrar lo acontecido aquel día de verano del año 1990, nos da idea de lo que vivieron, se toparon con lo imposible, un Ovni encima de su casa.
Pedro M. Girón.
